Donde no vivo

Al poco tiempo del inicio de Voyria, empezó también una inusitada pasión por la imprenta antigua. Ir hacia la raíz de las cosas, de los objetos, hace que queramos cada vez más acercarnos a otras formas de hacer y así fue como nos llegamos a la impresión con tipos móviles -detalles que les contaremos en otra entrada. Como ya empezábamos a reunir partes del equipo de impresión tipográfica, era un tema de conversación con quienes nos visitaban.

La primer propuesta de colaboración con el taller llegó de una amiga muy querida, Meli. Después de compartir muchas experiencias universitarias y post-universitarias juntas, nos sigue uniendo la palabra, lo hecho a mano, lo escrito y el amor y curiosidad por las plantas. Así que fue más que grato y apropiado que nos escribiera un día para contarnos una idea que tuvo cuando vio el equipo de imprenta en casa.

Y fue más apropiado aún cuando llegó junto con Emiliano a hacer campamento por un par de días para hacer juntos el objeto artístico "Donde no vivo", que integra la poesía de Meli, fotos de Emiliano y ahora también la impresión en letterpress hecha en el taller. 

Apenas y teníamos suficientes tipos móviles para la empresa, por lo que solicitamos en préstamo una tipografía Bembo con acentos para componer el poema; pero el momento de poner en movimiento el equipo que habíamos empezado a reunir era el preciso. 

Compartir, componer letra por letra las palabras de un poema, resignificarlas, ir al río y hacer rituales que no sabíamos que existían de repente dio sentido a las posibilidades que íbamos vislumbrando para el taller. Meli y Emiliano hicieron un registro del proceso y una serie de videos que vamos a mostrarles muy pronto. 

Descrito por Meli, 

"Donde no vivo es un objeto artístico donde la fotografía y la poesía dialogan en torno a una pregunta común. Sus páginas exploran un mundo donde el agua no tiene color, pero el sonido de sus gotas nos orienta en la oscuridad de la espesura, indicándonos que el camino está cerca. Cada palabra o idea se fragmenta en cientos de letras de metal, recordándonos la naturaleza mutable de nuestros pensamientos. Residimos en cada idea que se descompone para dar paso a algo nuevo."

Una belleza del que solo se hicieron 22 ejemplares y que nos permitió conocer (y volvernos fans) de Emiliano y su trabajo fotográfico, y del papel Parchment Antique que después utilizamos para las guardas del libro "Las aves de mi jardín".